8.2.13

Te sientes como te oyes


Muchas veces al trabajar durante las noches previas a entregas de trabajo, (porque si querido lector yo formo parte de 98% de los estudiantes que termina la tarea una noche antes de la entrega), en fin, durante esas veladas me hago acompañar de mi música, no solo de la favorita, el reproductor con su caprichoso aleatorio a veces me juega malas pasadas. Si usted además de mi lector es mi radioescucha sabrá que suelo ser bastante radical; o amo algo o “me caga”, pero casi todos los momentos de mi vida están musicalizados, esto claro no siempre es positivo, pero la situación que hoy nos compete si lo es.

En el afán de que explotemos nuestra creatividad, la escuela tiene instalado un sistema de audio dentro de cada salón para que durante las clases escuchemos “música estimulante para los sentidos”, muchas veces esa música inspiradora ha llegado a ser; “15 grandes éxitos del rock en tu idioma”, “lo mejor de la discografía de Luis Miguel”, “lo más nuevo y lo mejor de pachangon 2012” (léase con tono de vendedor del metro). Pero aunque sea de poco creerse, esa música si influye, tal vez no inspira pero si nos pone de buenas, generalmente el mayor conflicto es que todos estemos de acuerdo en lo que queremos oír.


Partiendo de esto, hoy en nuestra clase de “Cartel” nos pusieron un ejercicio sumamente complicado, nos llenamos de estrés, nadie recordó poner música, nos desmenuzábamos el cerebrito tratando de hacer lo mejor posible nuestro trabajo, el tiempo se acababa, estábamos de malas, las charlas entre compañeros de banca iban silenciándose, las pequeñas sugerencias que nos hacíamos fueron escaseando, reinó un silencio sepulcral, yo estaba estresada y por razones ajenas a la escena también estaba triste.


A alguien se le ocurrió la grandiosa idea de poner el último disco de Los Caligaris, banda argentina que es del gusto de todos, yo tengo ese disco, lo he oído cientos de veces, pero fue hasta ese momento en el que caí en cuenta real de las canciones, de las letras, al igual que me sucedió a mí, todos en el salón comenzaron a relajarse. Acompañamos muchos de nuestros momentos buenos y malos con canciones que incluso de manera inmediata relacionamos con sucesos, pero hay veces en las que esto trasciende de manera tal que incluso nos ayudan a comprender desde otro punto de vista algunos momentos de la vida.


Uno de los más grandes placeres es sin duda la música, oírla por el mero gusto de disfrutarla, en silencio o cantando a todo pulmón, con o sin amigos, cuando nos sentimos tristes nos acompañamos de esas canciones que nos recuerdan a un alguien especial, o un adiós, cuando tenemos la pila llena oímos canciones que nos estremecen y nos ponen a bailar o simular que tocamos la guitarra como expertos.

Meditando al respecto considero que a veces deberíamos cambiar eso, si estamos decaídos oigamos cosas que nos alegre el alma, que nos anime, puede llegar a ser incluso terapéutico, y nos hará ver más allá de nuestros sentimientos negativos, yo hoy lo hice y eso transformo mi día, mi actitud ante cosas que no puedo cambiar. La música nos estimula incluso a la concentración si lo que deseamos es incrementar nuestro rendimiento mental, es como darle un masajito al cerebro, muy seguramente comprenden de lo que hablo.


Y siento que asociamos música con acontecimientos de nuestra vida también lo hacemos con las personas, en El Vecindario trabajamos para formar parte de sus momentos favoritos programando las canciones que a ustedes les gustan, les motiva, les recuerda. Permítanos formar parte del playlist de su vida, ya sea con nuestras pequeñas aportaciones o con las sugerencias que nos hacen llegar, ya saben que aquí, caben todos los gustos musicales, la música es cultura, cultivémonos juntos.

Caroro  @k_roro

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